Un gol para el recuerdo (o para el olvido)

El partido fue de trámite parejo, Boca ganaba 1 a 0 con gol de Delgado y con este resultado la serie se tendría que definir por penales. Los hinchas locales comenzaron a corear y a pedir el ingreso del goleador que se encontraba en el banco de suplentes para poder definir el encuentro. Entonces, cuando faltaban 15 minutos para terminar el partido Carlos Bianchi llamó a Palermo, le dio las últimas indicaciones y “mandó” al nueve a la cancha.
El estadio de Boca se venía abajo, era puro griterío. Los hinchas locales presionaban para lograr el segundo gol y acceder a la semifinal. Mientras que los hinchas visitantes alentaban a su equipo para alcanzar el empate y así eliminar a su clásico rival.
Boca amplió la diferencia cuando Riquelme ejecutó con maestría un penal a los 84 minutos para el delirio de toda “La Bombonera”.
Por Matías Dono
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