jueves, 7 de junio de 2007

El adiós a un grande del Golf argentino

Fidel De Luca, uno de los grandres del golf argentino, falleció ayer a los 85 años. Entre sus mayores logros se encuentra el que consiguió junto a Roberto De Vicenzo, cuando fue subcamepeón mundial por equipos en el año 1962.
Había nacido en San Isidro el 29 de abril de 1922. Sus primeros pasos en el deporte del que se convirtió en emblema los dio a los seis años. La muerte de su madre, en 1928, lo empujó junto con sus cinco hermanos a trabajar como caddies en San Isidro Golf Club. De allí a demostrar que tenía pasta para el golf hubo un paso y su hermano mayor, Juan Carlos, fue el primero en marcarle las pautas técnicas de su swing. Cargó palos hasta 1940, pero cuando quiso seguir como profesional tuvo una discusión con un socio por lo que se mantuvo alejado del club durante nueve años. Luego confesaría que perdió sus mejores momentos, cuando mejor le pegaba a la pelota.
En 1949 el golf lo recuperó definitivamente: ingresó como profesional en el Náutico de San Isidro. Después de varias actuaciones que denunciaban su potencial, entre ellas un 7° lugar en el Abierto de la República de 1951, llegó por fin la primera victoria: fue en el Gran Premio Alvear de 1952, jugado en el Hindú Club, después de superar a Enrique Bertolino por dos golpes.
Ganó más de 70 torneos en la Argentina y en el exterior, El Toro, como se lo conocía en el ambiente por su figura robusta y la espectacular potencia de sus golpes, fue uno de los golfistas más exitosos de nuestro país.
Su última victoria fue en 1982 con 60 años y ganó el Argentino de Profesionales en el San Isidro, club que lo vio nacer como golfista. Sumó 282 golpes y batió por uno a Adán Sowa.
A partir de ayer, El Toro, ya es leyenda.

Por Matías Dono

Fuente: La Nación

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