jueves, 21 de junio de 2007

Pareciera que las raquetas ya no son las mismas


La vida deportiva de los tres mejores jugadores de tenis argentinos ya no es la misma. El buen nivel que supieron mostrar, y que los llevó a estar en la elite del tenis, no lo pudieron mantener y por eso la decadencia a tan corta edad. Esa camada, la de David Nalbandian, Gastón Gaudio y Guillermo Coria es, sin duda, la más competitiva que tuvo el país a lo largo de su historia. En cantidad y en calidad.
La aparición de un jugador como Nalbandian, con características atípicas de un tenista argentino, más acostumbrado a jugar en superficies de piso duro que en polvo de ladrillo, les permitió a los hinchas albicelestes -amantes de éste deporte- la chance de ver a un finalista criollo en Wimbledon, el torneo de Gran Slam más importante.
A aquella final Nalbandian llegó con unos frescos 20 años, convirtiéndose en el primer jugador en llegar a esa instancia en su debut en el certamen. De ahí en adelante parecía que su carrera no tenía techo y el cordobés estaba cada vez más sólido; siempre presente en las instancias decisivas de los torneos. En el 2003 David llegó a la semifinal de Hamburgo junto con Agustín Calleri, Guillermo Coria y Gastón Gaudio: por primera vez cuatro tenistas de una misma nacionalidad definían un torneo de esa importancia.
En el año 2005 las lesiones le impidieron a Nalbandian concurrir a muchos torneos pero aún así se mantuvo entre los primeros del ranking logrando, en noviembre, el triunfo más importante de su vida: el Torneo de Maestros tras vencer, ni más ni menos, que a Roger Federer. En el 2006 el cordobés alcanzó semifinales de los cuatro Gran Slam del año, único argentino en lograrlo. Y fue el jugador número 1 del equipo de Copa Davis que llegó a la final y perdió ante Rusia. De ahí en adelante su carrera comenzó la debacle. En lo que va del año su mejor ubicación fueron los cuartos de final que alcanzó en Barcelona y, tras perder en los octavos de Roland Garros, Nalbandian, luego de más de cuatro años, se ubicó por arriba del puesto 20. ¿Volverá al mejor nivel que supo mostrar? Eso es una incógnita.
Otro caso de decadencia es el de Gastón Gaudio, el tercer argentino en ganar un Grand Slam. El Gato, tras vencer en cinco sets a Guillermo Coria, se coronó en el suelo francés cumpliendo el sueño más grande de su vida. Los fantasmas de sus bajones parecían ser parte del pasado ya que con la ayuda de un psicólogo -que se mantenía en contacto con él en todo momento, su nivel se fue emparejando y tras Roland Garros su carrera siguió por la buena brecha: perdió tres finales consecutivas (Bastad, Stuttgart y Kitzbuhel).
Al año siguiente, a mediados del 2005, Gaudio se colocó en el quinto puesto: el mejor de su carrera; y al finalizar el año terminó décimo. El Gato empezó a caer desde el año 2006 ya que no alcanzó ninguna final y perdió muchos puntos, llegando a quedar por arriba del puesto 30 del ranking. En el 2007 toco fondo. Tras su eliminación en la segunda ronda de Roland Garros (perdió en cinco sets con Leyton Hewitt), el tenista de Temperley viajó a República Checa para disputar el Challenger de Prostejov: perdió en el debut y, para colmo, ya anunció que se baja de Wimbledon. Ahora se encuentra en el puesto 99 del escalafón. ¿Gaudio seguirá jugando si sigue en este nivel? Esa es otra incógnita.
Juego para ser el número uno”, decía, en una nota, Guillermo Coria. El caso de Coria es el más raro de entender. Convertido a raíz de un gran talento en uno de los mejores tenistas sobre polvo de ladrillo, el Mago perdió los trucos. El gran salto de Coria se dio en el año 2003, luego de volver de una suspensión por doping. Ese año, en el torneo de Hamburgo, donde los cuatro argentinos llegaron a la semifinal, Coria venció a Agustín Calleri y se alzó su primer Masters finalizando quinto del mundo. El año 2004 arrancó de la mejor manera para el Mago que se ubicó en el tercer lugar del ranking. Pero, tras perder la insólita final ante Gaudio, en Francia, Coria se lesionó, lo operaron del hombro, y estuvo cuatro meses sin jugar. En el 2006 Coria comenzó a descarrilarse del nivel que lo mantuvo entre los mejores. Con muy poca confianza en su juego, el tenista argentino fue el jugador en cometer más dobles faltas del circuito y su mal momento lo llevó a ubicarse por arriba del puesto 100. El Mago, por lesiones y para recuperarse mentalmente, dejó momentáneamente el tenis con la esperanza de volver ¿volverá? Eso aún no se sabe. Lo cierto es que le había iniciado una demanda a una empresa de suplementos vitamínicos de Estados Unidos, por su suspensión de siete meses que lo perjudicó en el año 2001. Coria finalmente arregló con la empresa ¿por cuanta plata? No se sabe, pero debe ser mucha.
De acá en adelante seguirán apareciendo buenos jugadores: Juan Martín Del Potro es un claro ejemplo. El tema es que mantengan el nivel durante más años y que las raquetas nunca dejen de ser raquetas…
Por Andrés Pujol

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