El polo, fenómeno prodigio en Argentina
Es cierto que el polo en la Argentina tiene poco protagonismo durante la temporada, y el circuito es el primer culpable de ello ya que dispone que al menos mitad de año los jugadores locales participen en distintos torneos del mundo. Pero estos muchachos parecen no molestarse por el fixture, es más, agradecidos están. Y cómo no lo van a estar si ese compromiso les implica viajar a distintas partes del mundo, al viejo continente donde visitan glamorosas ciudades del exterior como Londres, nada menos la capital del Reino Unido, o más minuciosamente por qué no el mítico Hyde Park, donde alguna vez Luciano Pavarotti y Mick Jagger han alzado sus voces a cientos de aficionados. Posiblemente para abrir el abanico existente de grandes lugares del planeta, tambíen aterrizan en ciudades norteamericanas como Los Ángeles y Miami. Y como si recorrer grandes partes del mundo fuera poco, estos hombres, que cuando se suben a sus caballos cambian de identidad y pasan a ser jinetes o polistas, reciben grandes y considerables premios económicos.
Pero también es cierto que el polo argentino es el mejor del mundo, el número uno, el más codiciado, aquel que le dio al país dos medallas de oro en París 1924 y Berlín 1936, y que vio nacer grandes jugadores como lo fueron los hermanos Menditeguy y los Dorignac, o el brillante Juan Carlos Harriot (para muchos el mejor de todos los tiempos), y también la ramificación de los Heguy y los Pieres, que se extiende hasta el día de hoy. Y se traza un punto porque la situación lo requiere, porque es cosa seria y porque ya está haciendo historia, se trata nada menos que de Adolfo Cambiaso (h), el mejor jugador del momento y quizás el mejor de toda la historia.
Es por ello que la Argentina es dueña del mejor torneo del mundo, del gran Campeonato Argentino disputado en Palermo. Entre otros destacados figuran el Abierto de Tortugas y del Hurlingham Club. El equipo vencedor de estos tres torneos se apodera de la tan preciada y buscada Triple Corona.
Es por esto que el mundo del polo espera ávidamente al mes de noviembre, mes que da inicio al Campeonato Argentino en Palermo, la capital del polo. Una capital que llegado el torneo desborda de público, de extranjeros que se acercan únicamente para observar a este hermoso deporte prodigio en Argentina, que no tienen inconvenientes en abonar montos desemedidos con tal de no quedarse afuera de la gran final, que acceden muchas veces para llevarse alguna hembra protagonista, de valores altos como cien mil dólares o quizá más, pero que se acercan con un sólo fin: disfrutar de uno de los más bellos deportes del mundo y observar a jugadores que hacen maravillas con el taco, la bocha y el caballo.
Por Santiago Urraco
1 comentario:
Los Heguy son de estudiantes
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