lunes, 18 de junio de 2007

Cabrera ganó el U.S. Open y hace historia


Tenso, inquieto, algo nervioso. Así se lo veía ayer a Ángel Cabrera mientras disputaba la última ronda del 107 th. U.S. Open de golf, uno de los cuatro majors que se celebran a lo largo del año. Y cuando hablamos del Abierto de los Estados Unidos es cierto que hablamos de una cancha antigua (tiene 104 años) y difícil, una de las más dificultosas del circuito. Es por eso y más que el argentino tenía motivos para estarlo: se ubicaba sexto a principio del día, hecho que lo situaba en la privilegiada elite de jugadores que peleaban por el título.
Luego de un primer y segundo día sensacional donde presentó una tarjeta de 69 y 71 golpes, respectivamente, logrando el par de la cancha en los primeros 36 hoyos, el Pato tuvo un sábado complicado, para el olvido. Supo cómo jugar la cancha y acertó el fairway en casi todos los tiros de salida, pero estuvo errático en el momento de ejecutar los putters cortos, lo que le significó resignar la punta y descender al sexto lugar junto al estadounidense Jim Furyk, con seis golpes sobre el par y a cuatro del entonces líder, el australiano Aaron Baddeley.
La mañana cálida y soleada de domingo en el Oakmont Country Club de Pennsylvannia arrancó muy bien para Cabrera. Con par en los tres primeros hoyos y birdie en el cuarto y octavo, el cordobés escaló al tercer lugar, con cuatro golpes sobre el par. Diferente era la situación de Baddeley, que en el primero anotó un triple bogey, lo que automáticamente lo hizo descender al cuarto lugar. Esto le generaba al Pato una emotiva sensación ya que sus posibilidades crecían cada vez más.
Quien se mostraba contundente era nada menos que Tiger Woods, número uno del mundo y segundo destrás del australiano. La eficacia de un verdadero tigre ejercieron demasiada presión sobre un joven Baddeley que no pudo resistirse y poco a poco se fue desmoronando. Desde atrás ya se sentía al gran Cabrera y al norteamericano Furyk.
Así fue como se desarrolló la jornada, un Woods que se mantuvo en el lote de punteros durante todo el día y un Cabrera y Furyk que ascendían paso a paso. La emoción y el suspenso se mantuvieron hasta al final. Cabrera finalizó con 69 golpes, totalizando 285 y cinco sobre el par. Restaba que completen Furyk y Woods. El primero quedó sin chances al realizar un bogey en el 17, que lo dejó sin aspiración alguna de alcanzar al argentino. En tanto que Tiger Woods dio pelea hasta el final, hasta el último hoyo, el último golpe, la última gota de oxígeno. Debía acertar el putter para birdie del 18 para ir a un desempate con el Pato. Tiger falló, Cabrera festejó.
Es la segunda victoria en la historia de un argentino en un major, luego de aquel triunfo de Roberto De Vicenzo en el British Open de 1967. Las estadísticas lo marcan, pocas veces un argentino tuvo la posibilidad de alzarse un major, y el Pato supo aprovecharlo esta vez. Es momento de alegrías y festejos para el cordobés y para todo un país que se conmovió y emocionó tras la brillante, inolvidable e histórica victoria de Ángel Cabrera.

Por Santiago Urraco

3 comentarios:

Emiliano dijo...

siiiiii que graaandee

hoy vi la repeticioooon

era muy gracioso ver a woods con todo el estilo, como el resto de los jugadores

y cabrera con esa panza de vino tinto

jajajajaja

saludos

y diganmenn gracias que ahora son .com.ar !!

=D

leoblanco dijo...

muy buen comentario Santi, te dejo un abrazo a vos y al resto de la muchachada.. nos estamos viendo!

Anónimo dijo...

Nuy buena la nota , pero la panza del Pato es de Fernet con Coca !! Ja !! ja !!