Argentina decepcionó y Brasil festejó el Bi

Duele. Y cómo. Que Brasil haya dejado a Argentina con tres gritos atragantados (no sólo por los goles de ayer, sino por las finales de las Copas América 2004 y 2007 y la Confederaciones 2005) cala hondo en el corazón del hincha que pide la cabeza de los veteranos y los tilda de pechos fríos, mufas, viejos o fracasados. Y ayer, en el Pachencho Romero de la cálida Venezuela, otra vez Argentina decepcionó a su gente, la cual se aburrió de ver a varios jugadores que portaron muchas veces la camiseta de la Selección y no ganaron nada.

El caso principal es el de Roberto Ayala, capitán de mil batallas y con más de 1oo partidos con la Selección, a quien se lo responsabiliza de la derrota de ayer ante Brasil, quien se consagró bicampeon de América gracias a los goles de Julio Baptista, Ayala -en contra- y Dani Alves y dejó a Argentina sin conseguir lo que realmente merecía por haber sido el mejor equipo de la Copa.

Pero en el fútbol no se merece sino que se gana o se pierde. Y ayer no fue la excepción porque Brasil dominó ampliamente a los dirigidos por Alfio Coco Basile, quienes nada pudieron hacer ante la férrea marca y la contundencia del Scratch de Dunga.

El partido se le escapó rápido de las manos a Argentina ya que a los cuatro minutos ya perdía 1-0. Julio Baptista recibió en el vértice derecho y, ante la mirada de Ayala, se acomodó y la colgó de un ángulo. Ni los jugadores ni Basile podían entender lo que sucedía a pesar que en los pies de Juan Román Riquelme estuvo cerca el empate en dos oportunidades, aunque el palo y Doni se encargaron de seguir frustrando las ilusiones de la albiceleste.

Brasil se dedicaba a cortar el juego argentino y a contragolpear. Así fue como Robinho tiró un centro con veneno por derecha y Ayala, en su afán por despejar, la colocó junto a un palo ante la salida del Pato. 2-0 y al descanso.

Para el complemento la cosa no varió ni desde el banco ni en la actitud de los jugadores. Apenas un par de tumultos en el área de Doni, pero ninguna jugada clara. Encima Heinze pareció decidido a no defender y por allí llegaban todos. El cachetazo del final también vino de contra. La manejó muy bien Wagner Love, quien encontró la escalada de Alves y el del Sevilla definió con su calidad habitual.

Si bien no hay que olvidarse de todo lo bueno que hizo Argentina durante la Copa, hay que hacer hincapié en buscar los motivos que hacen que no se festeje nada desde 1993. También habrá que ver que hacer con el Pato, Ayala, el Pupi Zanetti, Cambiasso, Verón, Riquelme y Crespo, quienes forman una generación que perdió todo lo que jugó. Los Mascherano, los Messi y los Tévez son el futuro, un futuro que es incierto y que será el testigo de una Selección Argentina ganadora o, si se sigue igual y no cambian las cosas, una Selección que lo único que hace es decepcionar a su gente.

Por Germán Papagno

Notas relacionadas
La bronca de Basile

Algunos ya no tendran revancha

La prensa del mundo criticó duro al equipo argentino

Así es este amor: TE AMO, TE ODIO, TE AMO